Software libre para la pequeña empresa

Últimamente, los medios de comunicación se han hecho eco de iniciativas como Madrid on Rails para introducir software de gestión basado en software libre en las pequeñas empresas, muchas de las cuales siguen usando hojas de cálculo o incluso lápiz y papel. Ha tenido tanto éxito que se han apuntado empresas de toda España, no sólo de Madrid, e incluso de América del Sur.
Estas iniciativas son útiles cuando van acompañadas de formación y de asesoramiento, como es el caso, porque el software es sólo una herramienta y hay que tener claro el concepto que hay detrás de siglas como CRM, ERP o BPM, entre otras; para sacar el máximo partido a las aplicaciones de gestión de la relación con el cliente (CRM), de planificación de recursos de la empresa (ERP) y de gestión de los procesos de negocio (BPM).
Por aquí tenemos EinesTIC, promovido por la Generalitat, en el marco del programa PimesTIC, y que incluye:
- Una versión modificada de Abanq, de InfoSial, SL. La llamada a la aplicación se realiza desde un panel de control que permite el acceso directo a diferentes funcionalidades (gestión de clientes, proveedores, agentes comerciales, presupuestos, pedidos, albaranes, facturas y productos). También permite la impresión de ofertas, pedidos, albaranes, y facturas con plantillas seleccionadas.
- Una versión modificada de la aplicación de terminal de punto de venta (TPV) OpenbravoPOS, de Openbravo, SL. La variación consiste en unas modificaciones al código para permitir la integración de la aplicación de gestión, para la sincronización de productos definidos desde el panel de control y la sincronización de las facturas generadas desde el TPV.
- Un módulo propio de generación de modelos de Hacienda.
Bruce Perens, en su artículo La economía emergente del software libre explica que para las empresas, el software de gestión genérico no es una ventaja competitiva, porque todo el mundo tiene acceso a él. Por poner un ejemplo, casi todo el mundo puede comprar Office de Microsoft y todo el mundo puede descargar OpenOffice.org, por lo tanto, usar una hoja de cálculo no es ninguna ventaja competitiva. Lo mismo sucede con el software de gestión genérico que se vende empaquetado y que todo el mundo puede comprar. Es un centro de coste para la empresa, no un centro de beneficio y si ese coste se reparte entre muchos usuarios, pues mejor, porque menos le toca pagar a cada uno.
Los fabricantes de software propietario empaquetado exigen al usuario el pago de una licencia para sufragar los costes de desarrollo y obtener beneficio y restringen al usuario la posibilidad de realizar copias del software para mantener su modelo de negocio.
Este modelo, además de en ingeniería y desarrollo de software, debe invertir en publicidad, empaquetado, distribución, en perseguir a los que copian el software de manera ilegal y al final resulta un modelo bastante ineficiente. Según Perens, menos del 10% del dinero que paga el usuario por un software propietario se invierte en desarrollo de software. Es mucho más eficiente el paradigma de desarrollo del software libre, sin publicidad y con una distribución de bajo coste mediante Internet. El dinero para financiar el desarrollo del software libre se obtiene de otras fuentes, como suscripciones a servicios de soporte y actualización o donaciones de usuarios agradecidos, pero el software es libre y se puede distribuir y modificar sin limitaciones, por lo que al contrario que el software propietario, lo puedes evaluar de forma completa antes de decidir invertir en él.
Además, puedes copiarlo a otros ordenadores sin tener que preocuparte por el cumplimiento de licencias o temas legales. Otra ventaja es que el software libre es interoperable por definición, porque al estar disponible el código se puede hacer un módulo para relacionar dos programas, como en el caso que hemos visto en el EinesTIC, o se pueden traspasar los datos de un programa a otro, aunque esto requerirá servicios de profesionales. En cambio, el software empaquetado tradicional solía secuestrar los datos de los usuarios en formatos propios, aunque cada vez más se impone la interoperabilidad y los estándares abiertos en todo tipo de software.